Imagen de 'GetYourGuide'
Estos talleres no solo te invitan a experimentar con la cerámica de manera práctica, sino que te permiten llevarte a casa una pieza única, hecha con tus propias manos, un recuerdo muy especial de la ciudad.
La gran ventaja de estos talleres es que no importa si nunca antes has tocado la arcilla o si ya tienes algo de experiencia en el mundo de la cerámica. Los artesanos que los organizan están más que acostumbrados a recibir a todo tipo de personas y ajustar el ritmo del taller según el nivel de cada participante.
En mi caso, participé en el Taller Gingell, un pequeño estudio dirigido por Eric y Wendy, dos artesanos encantadores que logran que todo el mundo se sienta cómodo desde el primer momento. Lo que más me gustó es que no solo te enseñan la técnica, sino que también crean un ambiente relajado y acogedor donde el arte fluye de manera natural. Además, están siempre atentos para guiarte y asegurarse de que estés disfrutando al máximo, algo que para mí hizo toda la diferencia.
El taller comienza con una introducción muy sencilla sobre los materiales que vamos a utilizar. Aprendemos un poco sobre la arcilla, las herramientas de modelado, y cómo trabajar de manera precisa para que nuestras baldosas queden tal como las imaginamos. La parte más divertida es que puedes diseñar tus baldosas como quieras. Si tienes alguna idea en mente, ellos te ayudarán a hacerla realidad. En mi caso, decidí hacer algo abstracto y colorido, pero vi a otros participantes crear diseños más tradicionales e igualmente espectaculares.
Eso sí, hay un pequeño detalle que me pareció interesante: el número de colores disponibles es limitado. Esto podría parecer un inconveniente al principio, pero en realidad, obliga a ser más creativo, y al final te das cuenta de que puedes hacer cosas increíbles con una paleta más reducida. Yo me sorprendí de cómo, con solo unos pocos tonos, logré dar vida a mi diseño.
Una de las cosas que hizo este taller especialmente significativo para mí fue la posibilidad de participar en un proyecto comunitario. Durante la sesión, no solo hicimos nuestras propias baldosas para llevar a casa, sino que también colaboramos en la creación de piezas para un mural destinado a una comunidad local en Barcelona. Saber que mi baldosa formaría parte de un proyecto mayor, algo que otros verían y disfrutarían, añadió una capa extra de satisfacción a la experiencia.
Imagen de 'Taller Gingell'
El Taller Gingell se encuentra en un pequeño estudio de Barcelona, y normalmente los talleres se realizan los fines de semana, aunque los horarios pueden variar ligeramente. Es recomendable reservar con antelación, especialmente si estás en la ciudad por pocos días.
El taller tiene una duración de 2 horas, que pasan volando, ya que entre el modelado, la decoración y la charla relajada con los demás participantes, el tiempo realmente vuela y tiene un costo adicional de entre 17 y 20 euros, dependiendo del número de participantes.
Como cualquier pieza de cerámica, las baldosas necesitan secarse y pasar por el horno, por lo que no te las podrás llevar inmediatamente después de la sesión. Sin embargo, te ofrecen dos alternativas:
Mi experiencia en el taller fue increíble. No solo fue una oportunidad para aprender un arte que desconocía completamente, sino que la atmósfera que crearon Eric y Wendy hizo que todo fuera muy ameno. Desde el inicio, se esforzaron en hacernos sentir bienvenidos, y pequeños detalles, como las fotos que nos tomaron durante el taller, hicieron que la experiencia fuera aún más especial.
Al final del día, me llevé más que una baldosa o una lección de cerámica; me llevé la sensación de haber participado en algo con propósito, algo que tiene un impacto en la comunidad local. Y eso es algo que no puedes encontrar en cualquier actividad turística.
DATOS DE INTERÉS
QUÉ > Taller de creación de baldosas
DÓNDE > Carrer de Salvà, 71, Sants-Montjuïc, 08004 Barcelona
PRECIO > Entre 17 a 20 euros
MÁS INFO. EN > https://tallergingell.com/es/blogs/barcelona-ceramics-classes/